viernes, 31 de octubre de 2014

Seguridad en casa con niños



Una de las cosas en las que hay que pensar cuando nuestros bebés se hacen mayores y comienzan, primero a gatear (o a desplazarse sentados en el suelo arrastrando el culete, como hizo mi hija) y después a caminar (y quién dice caminar, dice trepar a todo lo mínimamente trepable como un pequeño kamikaze, como mi hijo) es en proteger la casa.  Y no solo me refiero a cubrir esquinas, enchufes y superficies potencialmente dañinas, sino a proteger la casa del ataque de los pequeños torbellinos empeñados en descubrir el mundo.

Cuando mis hijos eran todavía muy pequeños, ya apuntaban maneras y se intuía que iban a ser unos pequeños demonios de Tasmania, por aquello de que nada que estuviera a su alcance se libraba de ser  toqueteado, chupeteado o simplemente tirado al suelo, así que decidí ser previsora y comprar prácticamente todos los dispositivos de seguridad infantil existentes en el mercado, por si acaso.  Parte de ellos siguen todavía primorosamente embalados y guardaditos en el armario de los trastos, porque nunca llegué a usarlos, así que me ha parecido buena idea compartir con vosotras aquellos que sí resultaron verdaderamente útiles:

-protectores de esquinas: imprescindibles, los niños tienen una impresionante tendencia a lanzarse de cabeza contra toda esquina que ven, cuanto más puntiaguda y peligrosa, mucho mejor.  En mi caso, los compré en IKEA, pero tienen en la mayoría de ferreterías y tiendas de productos infantiles.  Es conveniente comprar alguno de repuesto, porque los pequeños delincuentes aprenden a quitarlos con una habilidad pasmosa.



 


 - cierres de plástico para puertas de armarios y cajones:  yo tengo la librería todavía forrada con estos útiles dispositivos (más que nada porque están tan bien pegados, que me da miedo llevarme la mitad del mueble al intentar quitarlos) y también puse en los armarios de la cocina, e incluso en la lavadora, dado que una vez pillé a mis criaturas con medio cuerpo dentro de ella.

- topes para ventanas: súper importantes, sobre todo con niños inquietos.  A mí me daba pavor que se subieran a una silla en algún momento en que estuviera ocupada con el otro, o al teléfono o intentando hacer pis sola, y se asomaran y cayeran, así que puse topes en todas las ventanas correderas de la casa.  Son unas pequeñas piezas metálicas que se ponen una en cada riel e impiden que la ventana se abra más allá de un espacio determinado.  En mi casa, todavía están puestas.


 
-tope para puertas:  se colocan bajo el marco de la puerta e impiden que esta se pueda cerrar, evitando posibles manitas pilladas en los goznes. 




 
 -protectores de enchufes:  estos los conocemos todos, son pequeñas piezas de plástico que se insertan en el enchufe e impiden que los niños metan los dedos.






Con estas pequeñas precauciones evitaremos bastantes posibles accidentes, aunque claro, todo depende del niño o niños en cuestión.  Tengo amigas que no han tenido que comprar absolutamente ninguna de estas cosas, y sin embargo yo, he vivido de sobresalto en sobresalto, ya que no encontré nada en ninguna tienda que impidiera a mis pequeños escaladores trepar por la librería, subirse a las mesas y las sillas, pintar paredes y mobiliario, pegar pegatinas en los cristales, suelo, sanitarios, puertas y demás superficies, meterse en la bañera, tirar cosas al inodoro e incluso hacer el funambulista por el respaldo del sofá.  

Pensándolo mejor creo que hubiera debido envolver la casa en papel de burbujas …o a los niños.

EVA






2 comentarios:

  1. Eva como siempre gracias por compartir tu genialidad al escribir y en segundo lugar, me encantaron los consejos de las ventanas sobretodo.
    Seremos las madres de los mismos niños?, será eso posible?

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  2. La verdad es que tienes toda la razón y más cuando son niños que en cualquier momento se pueden dar una buena torta, lo tendremos en cuenta

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