viernes, 1 de junio de 2012

EMBARAZO MÚLTIPLE (Primer trimestre) - Toñi

La verdad es que el primer trimestre lo recuerdo como algo un poco anodino comparado con el resto del embarazo y la movida del post parto. Pasado el shock de recibir la doble noticia y darla a los familiares, decidimos no decirlo todavía a los demás, por prudencia. Teníamos el aborto muy reciente y no queríamos adelantar acontecimientos. Pero como está claro que no son los papás los que mandan sino los hijos (aunque sean embriones), los planes se nos fueron al traste.
Ya conté que nos dieron la noticia de que venían dos con cinco semanas y media. Fue porque fui a urgencias con pérdidas. Me mandaron dos días de reposo y luego vida normal, pero las pérdidas se repetían cada pocos días: faltaba al trabajo, venía con el papelito de urgencias. Intentaba no decir nada, pero al final comprendí que callarme solo serviría para que se preocuparan más y... tuve que dar el notición con menos de ocho semanas.

Al tener mi problema sanguíneo y haber perdido el primer embarazo, decidimos que esta vez visitaríamos también a una ginecóloga privada para ir teniendo una segunda opinión en cada momento. Ella misma nos aconsejó, sin embargo, que fuéramos a tener a los niños al hospital público, donde los equipos técnicos  y humanos son mejores y donde la madre no tenga que separarse de los bebés si es que tenían que ingresar en Neonatos.

La consecuencia de tantas visitas a urgencias por pérdidas y tanto médico privado y público fue que, en el primer trimestre, creo que no hubo semana en que no me llevara una ecografía de recuerdo de mis ratoncitos.

Por lo demás, mi primer trimestre fue envidiable: ni un solo vómito, ni una sola náusea. Físicamente hubiera estado tan fresca de no ser por la somnolencia que tenía; pero como lo pasé casi todo de baja y no tenía más hijos, poco importó; notaba las punzaditas en la barriga a diario, que me recordaban que mi útero crecía a marchas forzadas para dejarles espacio a mis dos bichines. Psíquicamente notaba ya la invasión hormonal en mi cerebro y estaba tonta perdida. Recuerdo que durante mi primer embarazo estaba eufórica, con una alegría desmesurada; en cambio ahora tenía altibajos, pero sin alegrías tan desatadas. Pero mis olvidos y mis tonterías habían llegado para acompañarme todo el embarazo y un poco más allá. Pobre marido, qué paciencia. Yo creo que  es por eso que sus cerebros están evolutivamente programados para despistarse cuando les hablamos: es para poder pasar de nosotras y de nuestras neuras cuando estamos embarazadas.

Al finalizar mi primer trimestre se acabaron las pérdidas. Mi tripa iba creciendo y yo seguía queriendo alegrarme pero sin ilusionarme demasiado: ¿y si algo volvía a ir mal? Con el segundo trimestre empezaron aventuras más fuertes...
Toñi

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...