sábado, 5 de mayo de 2012

LA GRAN NOTICIA - Verónica

Cuando una pareja decide que ya es el momento de ser padres, lo lógico es que como mucho piensen: de aquí a un año estaremos dando el pecho, biberón, cambiando pañales, etc… El problema viene cuando al año: nada. Vuelves al ginecólogo y te derivan a un hospital a infertilidad, en la SS que para eso llevo toda la vida pagando, pero claro, no os imagináis que el asunto se pueda alargar…¿un poquito? Es ahí donde empieza el calvario de toda pareja que “no se queda”.

Después de muchas lágrimas durante los 5 años siguientes, llega el día en que, por fin, entras a quirófano y te implantan 2 embriones, como si el pastelito estuviera ya empezado, la masa de bizcochito, en una bolita, ¡ale!, dentro del horno… en nuestro caso, 2 bolitas, y nos sentimos embarazados en ese mismo momento.

Durante los 15 días de “betaespera”, yo ya hablaba con mis bebés, me propuse pensar en positivo, pensar que, al menos, alguna ventaja tenía que tener el tratamiento médico, que esos 15 días de embarazo no me los iba a quitar nadie, no había estado embarazada nunca y el deseo era enorme, así que… que nos quiten lo bailao…

Por fin llega el día ansiado, voy a las 8.30 al médico, me saca sangre y ¡ale!… para casa, hasta la 1 o las 2 no sabríamos la noticia, de si sí o si no, pero al menos, la regla no había bajado, eso tenía que ser bueno, no? En fin, que tranquilamente a la 1 decidimos ir al hospital, en la sala de espera nos encontramos con nuestras compañeras de tratamiento, iban solas, a ambas 2 les había bajado la regla… decepción, ya te pones mala allí esperando, no sabes ni qué decir, no hablas con ellas, no te atreves ni a decir que a ti no te ha bajado… nos llaman, entramos en consulta, te sientas, el gine coge los papeles, tu historial, empieza a hablar y tú te das cuenta que no oyes nada, no le entiendes, no te estás enterando … hasta que de repente te dice: ENHORABUENA… y es lo único que oyes, porque ya miras a tu marido, te mira, se te empañan los ojos y vuelves a no enterarte de nada, lo único que recuerdas es despedirte del médico dándole las gracias y cogiendo todos los papeles que te da para un segundo análisis dentro de 1 semana. Sales del hospital, agarras tu móvil, tu marido el suyo y ¡aleeeee! …. A llamar a media familia para darles la noticia… ¡NOTICIÓN!… después de 6 años de búsqueda, por fin… estáis embarazados.

Bueno, ya está hecho lo difícil, no? Ahora a cuidarse mucho y a que crezcan dentro…

En fin, uno sabe que está embarazado, que le han metido 2 embriones, pero realmente no sabe si el positivo es porque uno ha prendido o los dos; bueno, es igual, a una pareja que ha tardado 6 años en embarazarse, realmente el número no le importa.

Y tu vida sigue igual… soñando con el día en que le verás la carita… De repente, ¡zas! En toda la boca, como diría aquél. Estás trabajando un día, (según las cuentas del médico es tu semana 5 de embarazo. Sí. Se cuenta en semanas, todo un mundo), vas al baño y has manchado. Sales corriendo del trabajo, menos mal que tu marido te está esperando, vas conduciendo camino del hospital, y mientras llamas, a ver si vas a llegar y no te atienden o el médico se ha ido ese día; pero no, consigues librarte de la primera enfermera que te coge el teléfono y te ves en el asiendo del copiloto, casi viendo las ventanas del hospital hablando con tu ginecólogo de la SS y lo mejor son esas palabras tranquilizadoras que él, muy calmado, te dice: si está de perder, está, no sirve de mucho una ecografía. Y tú, sin haber llegado ni a entrar al hospital, te vas a tu casa llorando, pensando en qué hacer. Te das cuenta que el seguro médico privado que estás pagando, igual sirve de algo y vas y llamas.

Te citan para una ecografía al día siguiente, sábado. Pues sí sirve para algo pagar el seguro privado, sí. De nuevo en otra consulta médica, tumbada y mirando la pantallita, el gine se gira a la máquina y le da a una tecla, de repente, lo único que se oye en la consulta es: tucutum tucutum, tucutum, tucutum … latidos, ¡se oyen latidos!… tucutum tucutum … más débiles pero también se oyen … ¡Ahí va! Notición: ¡que los dos embriones se te han pegadito a la matriz y se están haciendo una casita!



Sales medio descolocada de la consulta, llamadas a media familia de nuevo, tu marido pegado a un móvil y tú a otro, los dos a grito pelao en el portal de la consulta médica: ¡que son dos, que los dos están ahí! Y te vuelves loca otra vez, pensando en 2 de golpe, mejor imposible, el ideal de toda familia media, 2 hijos y vosotros los vais a tener de una tacada.

La cara de felicidad que teníamos en el portal de la consulta tendría que haber sido grabada, ahora la recuerdo y veo lagrimillas en los ojos de mi costillo, lagrimillas de felicidad, de que ahora sí, esta vez VAMOS A SER PADRES.

Verónica

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