Mi nombre es Rosa. Me casé con 23 años y después de 4 años de casados decidimos ir a por un bebé, así que en septiembre de 2010 decidimos que era el momento. Pasaron un par de meses y nada, pero en diciembre tuve un retraso (siempre soy puntual) y mi marido se tiró 17 días empeñado en que era embarazo, y yo todos los días diciéndole lo mismo: “no te preocupes cariño, esta noche me baja la regla", pero nada; así que a los 17 días y para no escuchar a mi marido, me hice el test y salió positivo.
La felicidad de aquel momento es indescriptible. Decidimos ir a una ginecóloga por lo privado y nos dieron cita para el 28 de diciembre (día de los inocentes). Mientras llegaba el día, la gente cuando me veía decían que si no vendrían dos, jajaja.
Llegó el día y se me ocurrió decirle a la ginecóloga que por la barriga venían dos y se puso a comprobarlo. Su contestación fue muy clara: pues sí, aquí hay uno y aquí hay otro, jajaja. Le dije que si nos estaba gastando una broma por el día que era y solo se limitó a reír.
Pues sí, venían dos niñas, aunque eso se vería mas tarde. Cuando salimos de allí, sin asimilar todavía la noticia, nuestra preocupación era que todo el mundo pensaría que era una inocentada y nadie nos creería.
La felicidad de aquel momento es indescriptible. Decidimos ir a una ginecóloga por lo privado y nos dieron cita para el 28 de diciembre (día de los inocentes). Mientras llegaba el día, la gente cuando me veía decían que si no vendrían dos, jajaja.
Llegó el día y se me ocurrió decirle a la ginecóloga que por la barriga venían dos y se puso a comprobarlo. Su contestación fue muy clara: pues sí, aquí hay uno y aquí hay otro, jajaja. Le dije que si nos estaba gastando una broma por el día que era y solo se limitó a reír.
Pues sí, venían dos niñas, aunque eso se vería mas tarde. Cuando salimos de allí, sin asimilar todavía la noticia, nuestra preocupación era que todo el mundo pensaría que era una inocentada y nadie nos creería.
Rosa María
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