viernes, 4 de mayo de 2012

LA GRAN NOTICIA - Noelia

Siempre quise tener tres niños, desde muy pequeña pensaba en mi familia con tres hijos. A punto de cumplir los 35 años ya tenía a mis dos niños mayores y solo me quedaba uno para cumplir mis deseos.

Mi marido no estaba muy animado, y todavía me recuerda mis argumentos para convencerlo "El día solo tiene 24 horas, si ya no paramos, es imposible hacer más". Decidimos que si ese verano no me quedaba embarazada, ya no tendríamos mas hijos. Cumplía los años el 1 de agosto, la fecha tope que habíamos acordado. A finales de julio manché un poco; todas mis esperanzas se vinieron abajo. Era una regla muy rara: después de tantos años una conoce su cuerpo, y no era normal.

En ese momento estaba de camping con los dos enanos y mi cuñada. Mi marido no tenía vacaciones y no había venido con nosotros.

Me levanté a la mañana siguiente y me fui al pueblo a buscar una farmacia, la encontré y compré un test. En el servicio de un bar, con mi niño mayor con tres añitos recién cumplidos diciendo que él también quería hacer pipí, y mi mediano con trece meses durmiendo en el carrito, me hice el test: POSITIVO. No sabía qué hacer: si llamar a mi marido, si esperar a que viniera el fin de semana o decírselo a mi cuñada. Estuve dos días sin contárselo a nadie, hasta que llamé a mi marido para decirle que tenía que contarle algo y vino corriendo.

Era mi tercer embarazo, y no tenía ninguna ilusión de hacerme una ecografía antes de lo establecido en la seguridad social. Estaba embarazada y seguro que sería una niña, cambié todas las habitaciones, puse un dormitorio con tres camas para los dos mayores y mi bebé, una habitación salita donde dormiría mi niña hasta poder pasarla con los hermanos.

El día que tenía que hacerme la eco mi marido no podía venir, así que me fui yo sola a la consulta. El médico se retrasó cerca de dos horas y mi madre empezó a preocuparse y se pasó por el hospital por si había algún problema, con la suerte de que en ese momento me tocaba entrar.

Empezó la eco, y en un momento el doctor dice “Aquí hay algo raro?. Son dos”. Pensé que era una broma, muy graciosa, pero broma. Me lo tuvo que repetir varias veces para que me lo creyese, me entró un ataque de risa y ya no pude dejar de reírme hasta que terminó el día.

Recuerdo que yo estaba en una nube y mi madre atacada pensando en lo que se me venía encima.

Al día siguiente, la euforia se había acabado y la realidad se vino encima: tendría dos bebés, un total de 4 hijos. Demasiados.

Estuve cabreada mucho tiempo, no quería tener dos bebés. A la semana 20 me ilusioné un poco: me decían el sexo de los bebés. ¡¡¡¡Al menos una sería niña!!!!!

Ese día sí estuvo mi marido; y cómo se reía cuando el médico nos decía que teníamos dos varones sanísimos.

A los seis meses de embarazo ya me estaba haciendo la idea de mi embarazo múltiple y comenzaba a esperar ilusionada lo que me venía.

Terminando el sexto mes vino el peor momento de mi vida. Mis bebes nacieron a las 29 + 6 semanas.

1 comentario:

  1. ¡Oh, madre mía!!! Una historia tan bonita no puede acabar así!!! No sabes cuánto lo siento. Espero q todo esté bien. De verdad. Un abrazo y te mando un montón d fuerza para que superes todas las adversidades. Un saludo guapa

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