martes, 22 de mayo de 2012

LA GRAN NOTICIA - Jose

“No recuerdo el día que hacía afuera, quizás lucía el sol, no llovía...

Creo que fue difícil aparcar, siempre lo es, el centro de Madrid, la calle Santa Engracia, ligeramente en subida hacia Cuatro Caminos, acera de la izquierda, no recuerdo el portal... quizás si cierro los ojos recuerdo una consulta, una espera, una sala y una camilla en habitación pequeña con pared a un lado y espacio a la izquierda para exploración en blanco y negro.

 
Y nada se ve,  somos ciegos ella y yo ante una pantalla muda.
El cine sin color muestra hoy una película nueva, original, nunca vista, y no se podrá ver nunca más.  

 
De repente lo mudo troca en palabra, no, es el médico o la doctora, siento el olvido, y algo dice que hace que ella llore y yo diga algo que tampoco recuerdo, porque las palabras no importan, el tiempo hace de las suyas, pero esa memoria se impregnó de sensaciones que todavía hoy producen escalofríos.

 
Grité a mi modo y reí, sí, mientras ella lloraba, dice que de miedo, y ya en la calle, nada importaba, abrazados, ella seguía llorando, yo seguiría riendo.

 
También lloré, ajenos al discurrir diario, escondidos tras la alegría que da saber que la vida sonríe a veces.
Si han volado entre un mar de nubes lo sabrán, lo habrán visto, esas nubes que de tan esponjosas que se muestran parecen estar ahí para que nos posemos en ellas y nos revolquemos, y saltemos y lloremos. De alegría, eso es todo.

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