jueves, 24 de mayo de 2012

LA GRAN NOTICIA - Elena

Siempre tuve claro que quería al menos 3 hijos, tenerlos joven, y que no se llevaran mucho tiempo entre ellos. Efectivamente mi sueño se cumplió. Ya teníamos un chico y decidimos ir a por la parejita, pero nuestro deseo se entendió mal, y vino una parejita. Se llevan exactamente 2 años.

Dejé de tomar anticonceptivos y al mes tuve la primera falta. Sin decirle nada a mi marido me hice un test de farmacia y dio positivo. ¡¡Bien!! qué rápido. Preparé una tarjetita a punto de cruz y le di LA NOTICIA.

Cuando fui al médico, en lugar de mandarme análisis de sangre me enviaron directamente a hacer una ecografía. Debía estar tan solo de unas 5 o 6 semanas, no recuerdo. Fuimos los tres, pero como era mera rutina y solo esperaba que me confirmasen el embarazo, mi marido se quedó en la sala de espera con el peque. Cuando el médico me dijo que eran dos me quedé sin palabras, solo pude decir, “por favor, que entre mi marido”. Cuando entró yo ya estaba llorando y no me salían las palabras, sólo pude decirle con los dedos que eran 2. Mi marido
sorprendido se echó a reír y así siguió mientras yo lloraba, no se si de sorpresa, de felicidad, de miedo… o de todo a la vez. Yo no sabía que esos dos dedos también significaban “Victoria”
La enfermera me dijo que hiciera vida normal pero que era un embarazo de riesgo. Yo no reaccionaba, en ese momento no pude preguntar nada, por mi cabeza pasaban tantas cosas a la vez… ¿cómo es eso de tener dos bebes?, podrían ser siameses… , ya no nos vale el carrito, ni la ropa, tendremos que comprar otra cuna, ya no cabemos en el apartamento… Y
seguía llorando y mi marido consolándome, tranquila, me decía, es una buena noticia…
Mi cabeza estaba intentando recordar alguna pareja conocida y tenía verdaderas dificultades, ya que en mi familia ni en la de mi marido, nunca hubo gemelos ni mellizos. Haciendo un gran esfuerzo por recordar alguno me venía a la memoria una pareja de niños que eran de los pueblos cercanos al mío y que iban a la misma escuela que yo cuando tenía 6 o 7 años.
Se llamaban Pedro y Pablo. Debían ser mellizos porque no se parecían nada, uno era muy simpático y jugaba con nosotros, los más pequeños, el otro era más serio. Y unas gemelas, estas sí que eran idénticas, se llamaban Encarna y Felisa.
También tengo el recuerdo de un día en el parque sentada con mi marido, entonces novios. Había un conocido suyo que era padre con dos niños y algo comentamos, pero no podía imaginar que algún día nos pasaría a nosotros. Seguro que comenté lo típico que suelen decir las personas ajenas; “pobrecito”, o quizás dije “qué bonito”…
Siguiente paso, ¿cómo se lo decimos a la familia?.
Cuando llegamos a casa, (entonces aún no teníamos móvil), llamamos a los padres de Jose y no se lo creían. Encima me pasó a mí el teléfono y yo confirmaba la noticia riéndome así que sonaba a broma total. Llamamos a mi casa y tampoco se lo creían.
Poco a poco fui haciéndome a la idea pensando que si me había tocado a mí sería capaz de llevarlo adelante. Aún no sabía hasta qué punto mi vida se iba a convertir en una locura  maravillosa.

Elena.

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