Voy a contar mi experiencia de pasar de ser dos personitas en casa a de
repente ser cinco, sí, cinco y de una vez; como nos dice todo el mundo, familia
numerosa.
Mi marido y yo nos conocimos en el año 2002, en el mes de febrero, lo
recuerdo porque se celebraban los carnavales. Esa noche estuvimos hablando
hasta que se hizo de día y al día siguiente por la tarde nos volvimos a ver y
nos tomamos un café junto con dos amigos, chico y chica. Después de ese día y
como yo no tenía intención de conocer a nadie ni tenía ganas de tener novio,
hasta el mes de abril no volví a contactar con él; y he de contar que lo hice
porque a mi mejor amiga, Vanessa, no la hacía más que preguntar por mi y que él
quería hablar conmigo. Al final le agregué al messenger y así empezó una
pequeña amistad. Él enseguida supo, ya que esto que voy a escribir me lo dijo
mucho más tarde, que yo era la mujer con la que quería en un futuro formar una
familia. Empezamos a vernos todos los domingos del mes de abril, ya que yo soy como
dicen “de las antiguas” y el día que me pidió para salir juntos, lo hizo a
través de un mensaje de móvil porque no se atrevía a pedírmelo en persona por
si le rechazaba. Lo recuerdo muy bien porque estaba en el Hospital de Cruces
con mi ama, mi tía y una prima que iba a dar a luz a su hija. Esto era un 2 de
mayo del año 2002. Ese año nos fuimos en el mes de agosto de vacaciones a
Galicia, buenos y malos recuerdos, ya que estuvimos todas las vacaciones
chillándonos, yo más a él que él a mí. Nunca lo olvidaré. Ahora no es más que
una anécdota pero no lo pasamos muy bien. A la vuelta de las vacaciones cada
uno se fue para su casita y ahí me di cuenta que no podía pasar un día sin
verle. Él se acercaba hasta mi pueblo, que son unos 30 km, todas las semanas, casi
todos los días; menos sábado y domingo que iba yo hasta su pueblo. Ese mismo
año, en el mes de diciembre, sobre el día 15 se presentó en casa de mis padres
para decirles que si yo podía ir a pasar las vacaciones que él tenía en ese mes
a su casa, y mis padres dijeron que sí; he de contar que esto se lo dije yo,
porque no iba a ir a su casa sino se lo pedía él a mis padres. Bueno, pues ya
no volví a casa de mis papis. Me quedé a vivir con él y llevamos 10 años.
Nos casamos en el año 2006, en el mes de Septiembre y como todo o casi todo
el mundo nos fuimos de viaje de novios. A la vuelta, pasados unos días cuando
estaba duchándome noté como un coagulo de sangre en la bañera pero no le di
mucha importancia. Un día se lo comenté a mi ama y me dijo que seguramente
habría sido un aborto espontáneo. Nunca más volvió a pasarme. Nunca más me
quedé embarazada y eso que jamás he tomado ninguna precaución. Pasados cuatro
años y viendo que no me quedaba embarazada empezamos a pensar que tal vez
tendríamos que mirarnos porque no caía en estado. Y entramos a formar parte de
la múltiple lista de agregados al mundo de la Seguridad Social que desean ser
padres. Nosotros no tuvimos mucha espera y en el mes de febrero, el día de los
enamorados, en el año 2011 tuvimos la primera cita. Ahí nos explicaron cosas,
no las recuerdo así que no las cuento. En el mes de marzo otra consulta, en
abril otra, y luego otra....hasta que llega el día de la consulta donde nos
dicen que está todo bien, el chico no tiene nada y la chica tampoco; que en el
mes de julio empezamos con las inyecciones, esas que tienes que darte a la
misma hora todos los días de la semana para que si cumples el ciclo entero y si
no hay ninguna complicación más a finales del mes te hacemos la inseminación.
Bueno pues ese día llegó, un viernes, 22 de julio a las 13,15 horas del
mediodía me inseminan, y esa misma noche nos vamos a una jornada del Paramount
Comedy, ¡¡madre mía lo que me pude reír!!. Y a finales de mes nos fuimos de
vacaciones a Sanlúcar de Barrameda.
Van pasando los días, y nos plantamos en el 8-9 de agosto y la regla no
aparece. Entonces me da por llamar a Cruces y me comenta la enfermera que si no
me he hecho la prueba de embarazo y la respondo que no; ¡¡mujer!! ¡¡Si ya
tenías que habértela hecho!!; “bueno, tranquila”, me dice, “mañana a la mañana
te haces la prueba y después me llamas”. Y así fue: a la mañana siguiente
prontito, sobre las 8,30 me hago la prueba y cual es mi sorpresa que……..¡¡ DA
POSITIVO!!, me acerco adonde el maridín y le digo en voz baja……¡¡ VAS A SER
AITA !! Se levantó de la cama de un salto. Entonces llamo a la enfermera y nos
da cita para el 2 de Septiembre para nuestra primera ecografía. Los días iban
pasando y no me lo creía, me he quedado embarazada a la primera; claro que antes
no sabíamos que sólo me funciona un ovario, el izquierdo, y es muy muy difícil
poder controlarlo para poder quedarte embarazada; porque hasta que no estas en
estas cosas no sabes ni la mitad de lo que vas aprendiendo según avanzan los
días.
Y llega el esperado día, y allí nos presentamos, Bittor (marido), su
hermana Montse, mi hermana Irantzu, mi sobrino Oscar y mi Ama. Muchos nervios
antes de entrar y ya cuando nos colocamos en la camilla y me echan el líquido
para empezar estoy como una moto. Bueno, cual es nuestra sorpresa que el
ecógrafo va haciendo su trabajillo y en una de estas pita la máquina. Pienso:
“vale, uno”. Unos segundos más tarde vuelve a pitar. Pienso: “otro”. Pero
cuál es mi sorpresa cuando oigo el TERCER PITIDO. ¡¡ Madre mía !!, que hay tres.
Tres óvulos me inseminaron y los tres han salido adelante. Bittor se quedó
perplejo, y no vamos a decir del ecógrafo, que en cuanto terminó se sentó en su
mesa y no nos dijo casi ni adiós. ¡¡Vaya susto !!. Salimos de la consulta y yo
ya estoy a todo llorar, Bittor diciéndome: “tranquila que no pasa nada”, “que
todo va a salir bien”… Bueno pues ahora tocaba llamar a la familia que no
estaba en Cruces. Se quedaron todos sin palabras. Es normal. Mi suegra me llegó
a decir que si la estaba tomando el pelo.
Y después de un embarazo sin ninguna complicación, más que unas pequeñas
contracciones avanzadas en el mes de diciembre, y otras en febrero, todo salió
a pedir de boca. Nunca vomité, no tuve antojos, unos pocos ardores sí, los pies
y piernas hinchadas en la recta final. Los 3 “bichillos”, dos niñas y un niño,
nacieron el 8 de Marzo del 2012 justo en la semana 35, hace casi dos meses.
Están tremendos, enormes, con unos papos y unas piernitas que dan ganas de
comérselos. Y he de decir que es lo mejor que me ha pasado nunca. Sí que en el
embarazo renegué porque eran tres bebes, que por qué me había tocado a mí
cuando otras chicas sólo se quedan embarazadas de uno, etc... pero hoy en día,
después de haberles visto las caritas, y, sin habérselas visto, no lo cambio
por nada de este mundo. Son lo mejor que tenemos y tendremos SIEMPRE.
Alaitz
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