jueves, 24 de mayo de 2012

Frente a frente... al biberón

El momento de la comida sigue dándome mucho juego para estos pequeños partes desde la primera línea del frente. Si me fijo bien, cada uno tiene una forma distinta de enfrentarse al biberón. Así, Lara es siempre muy reaccia a que le metan en la boca el biberón y tarda en aceptarlo, refunfuñando sin parar. Eso sí, cuando por fin cierra sus labios sobre la tetina, se agarra a ella como una lapa y chupa a destajo. Lo curioso es que cierra la mano y esgrime al aire el puño cerrado, algo así como Escarlata O´Hara gritando al final de "Lo que el viento se llevó". A veces, abre la boca y descansa un poco, pero enseguida se vuelve a agarrar y a chupar desesperadamente como diciendo "dame más, lo quiero todo".

Álvar acepta más o menos de buen grado el bibe aunque parece que analice meticulosamente los primeros tragos que se deslizan por su garganta, mirando hacia la izquierda como de reojo, con los ojos ligeramente abiertos. Parece el malo de una peli de dibujos animados. Sea como sea, una vez que comienza a tragar, abre los manos como diciendo "Ma como piccolo" (o como se diga), "cómo me he podido estar durmiendo perdiéndome esta delicia".

Mario, que se sigue despertando como un reloj poco antes de sus tomas, acepta muy bien el biberón. A veces es entre chillidos, si por alguna razón te has prolongado un poco en cambiarle o si tienes que esperar a que se enfríe el agua de la taza donde está metido el biberón. Empieza a mover, alocado, los brazos de aquí para allá como intentando alcanzar el bibe con las manos, de tal forma que tengo que ir sorteándolas para poder penetrar en su boca. Cuando lo consigo, hunde las uñas de su mano izquierda en mi mano para que no saque el biberón, mientras la mano derecha la cierra en un puño, casi amenazante, como queriendo decir "como me quites el bibe, te meto eh". Cuando come, traga sin parar, y entre trago y trago, parece que dice "ajá", "ajá". A veces, de la emoción, le da por arañarse la cara y eso que intento, en la medida de lo posible, que no se acerque las manos a la cabeza mientras le estoy dando el bibe. Así, con dos o tres dedos sujeto el biberón, con otro le hago monerías y con el me queda le paro la mano cuando se acerca, uñas en ristre, a su cara. La última se hizo hasta sangre y todo.

En cuanto a mí, no es que tenga una forma particular de enfrentarme al biberón pero sí unos efectos secundarios. No sé que tendrá el tiempo de la comida, pero es empezar a dar a uno de los peques y me empieza a picar todo el cuerpo, concretamente zonas que no sabía ni que existían. En estos casos, seguiría la lógica irrefutable de mi buen amigo y filósofo Rafa, "pues me pica, pues me arrasco", pero esta es una tarea harto difícil cuando se tiene una mano ocupada sujetando la cabeza del niño en cuestión y con la otra mano sujetando el biberón. Con lo que el camino a seguir se torna a veces en sufrido, si consigo aguantarme el tiempo suficiente como para poder liberar una de las manos, o en laborioso, si me las ingenio para rascarme sin manos, bueno más que rascarme, frotarme con el cambiador que tengo al lado o si me pongo de pie, con alguno de los lomos de los libros de la estantería. Claro, eso si hablamos de "lugares fáciles" como puede ser la frente, la oreja o la espalda, pero cómo rascarse la zona interna de la oreja, la parte inferior de la barbilla, o por debajo de la ceja, o el sobaquillo,...

Camino de los tres meses (o dos con la edad corregida), comienzan a aparecer las primeras señales de cambio. Los últimos pesos de la "pandi" tomados hace unas semanas -Álvar: 3.600 gr.; Lara: 3.800 gr.; Mario: 4.200 gr.- han relajado la rutina de las 3 horas y cada vez, más veces, esperamos a que se despierten, sobre todo de madrugada. Eso ha eliminado uno de los ocho turnos diarios y posibilita que al menos alguien pueda dormir 6-7 horas seguidas.

Allá, a lo lejos, parece que se intuye una tenue luz de esperanza. Aunque soy consciente que según vayamos avanzando, el final se irá alejando porque este camino no tiene fin. De una o de otra forma, siempre habrá retos que superar, de igual forma que siempre los superaremos si realmente lo queremos.

Felices luchas diarias.

guille

1 comentario:

  1. Guille, veo que ya te estas convirtiendo en un papi multitarea y que eres capaz de hacer varias cosas a la vez, eso está bien. Y lo de poder dormir 6 o 7 horas seguidas todo un lujo teniendo tres peques en casa, enhorabuena !!

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...