El certificado de empadronamiento, el registro civil, el juzgado de paz, los certificados de empresa, el libro de familia, la tarjeta de familia numerosa, la seguridad social, la tarjeta sanitaria, el pediatra... Una lista interminable de papeles, de idas y venidas, a veces a los mismos sitios, todo con intención de terminar lo antes posible para poder dedicarme en cuerpo y alma, íntegramente, a vosotros, mis chicos. Lo malo es que me obcequé en todos esos trámites y me olvidé del mientras. Porque mientras yo iba de aquí para allá, os tuve un poco desatendidos. Si cuando vuestra madre estaba en el hospital, yo subía a daros la toma tres o cuatro veces al día, en estos dos últimos días tan sólo he ido una vez al día. Lo siento chicos.
Sólo puedo deciros que yo también estoy aprendiendo, que uno no nace padre igual que nace hijo, que esto de ser padre no se adquiere por ciencia infusa de la noche a la mañana. Pobres excusas diréis, y es verdad. Vaya padre os ha tocado en suerte. Catorce días después de que hayáis nacido y ya os dejo medio abandonados. Ya me veo acabando como argumento de esas pelis tediosas de los sábados por la tarde, esos dramones de jóvenes problemáticos porque sus padres nunca estaban en casa, siempre trabajando para que no les faltaran de nada. Lo siento chicos. Espero que no me lo tengáis en cuenta. La próxima vez me fijaré más en el hoy, más en el mientras, pero sin dejar de mirar con el rabillo del ojo al mañana.
Ayer me acosté triste. No podía dejar de pensar en ello. En la toma de las nueve de la noche, Álvar me protestó mucho y Lara, el día anterior, apenas abrió los ojos mientras comía. Yo creo que estábais enfadados. Me lo merezco, lo sé. Hoy, sin embargo, en la toma de las seis, Lara me ha vuelto a sonreir. No ha sido una sonrisa abierta, limpia como la otra vez, pero ha sido una sonrisa. Bueno, igual ha sido una medio sonrisa, una sonrisa cómplice entre ella y yo. Un "bueno, vale, te perdono papi". Yo se lo he agradecido con un besito en la frente.
Mañana venís a casa. Espero hacerlo bien.
Dormid con los angelitos.
guille
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